EL VIAJERO DEL ALBA
Despierta el bosque dormido,
renace de nuevo su hierva.
Se deshace el cuervo de su nido,
emprende el vuelo en la noche negra.
Todo lo iluminan con sus luces las luciérnagas.
Anda el viajero en el alba de su vida eterna.
Camina a paso ligero para que no lo alcance la luz del cielo.
Dormita ahora en el bosque una criatura sin vida.
Se han marchado las luciérnagas,
se ha vuelto clara la oscura hierva,
entonan los pájaros sus plañidos mañaneros,
regresa el cuervo a su nido muerto,
baja el telón la luna,
se desprende el cielo de su negro velo,
renace el son en un nuevo día.
Se acaba el camino del viajero.
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